…Y ya estarán los esteros
rezumando azul de mar.
¡Dejadme ser, salineros, granito del salinar!

¡Qué bien, a la madrugada,
correr en las vagonetas
llenas de nieve salada,
hacia las blancas casetas!

¡Dejo de ser marinero,
madre, por ser salinero!

Rafael Alberti, Marinero en tierra [1924]